Fragmento de la novela "Mariposa Mentalis"

GLORIA CHÁVEZ VÁSQUEZ

 

El profesor invisible

 

La mañana del viernes 23 de agosto, el Sumo Pontífice visitó al presidente de la República, Carlos Lleras Restrepo, en el Palacio de San Carlos. Más tarde, se movilizó en helicóptero a la población de Mosquera, donde se reuniría con los campesinos y presidiría la eucaristía para la concentración de trabajadores, empresarios y universitarios en el Campo Eucarístico. Bendeciría las instalaciones de Acción Cultural Popular, el exitoso programa educativo a distancia fundado por el profesor invisible, José Joaquín Salcedo, hacía 20 años y cuya joya en la corona era Radio Sutatenza.  

Sor Stella y el Padre Villanueva llegaron temprano en la mañana, adelantándose al helicóptero que traería al Papa y el resto de su comitiva y escolta. La recepción, encabezada por Salcedo a quien sus feligreses le decían Monseñor, fue de esperarse, calurosa.

 Amigo del detalle y obsesivo, como todos los que abren puertas y rompen barreras con su tenacidad, el vicario impresionó a la monja. Una cosa era oír y leer y otra estar en la presencia física de aquel hombre que, sin ser bien parecido, despedía un aura poderosa y un carisma arrollador. 

—¿No se lo dije Sor Stella? —Le susurró Villanueva. Ahora sabían que Monseñor Salcedo era de ascendencia inglesa por parte de madre y castellana por su progenitor.

Salcedo los invitó al tradicional chocolate con arepa y mantequilla. Dos de sus ayudantes sirvieron el desayuno. El comedor había sido preparado para recibir toda la delegación, pero el sacerdote escogió una mesita cerca de la cocina desde donde podían conversar íntimamente y supervisar la atención que se prestaba a los demás peregrinos.

 —No sé si saben que en 1960 Camilo Torres calificó a Radio Sutatenza de “demagógica y perjudicial para el campesino porque incitaba al odio y a la violencia” —comentó Monseñor. 

—Y ¿a quién cree su reverencia que dará razón la historia? —Preguntó Villanueva, sonriendo.  

—Si yo hubiera querido andar con fusiles, me hubiera metido en el ejército para defender

mi patria. Para mejorar un país hay que empezar por respetar las leyes y los mandamientos Incluido el Quinto. Por lo demás, la historia la escriben los gobernantes, los conquistadores o los invasores, ¿No es verdad Sor Stella?  —dijo Salcedo, invitando la participación de la monja.  

 —Y ¿a cuál de los tres pertenece Torres? —cuestionó ella, provocando la carcajada de Salcedo.

—Cada cual mira las cosas desde un ángulo diferente —contestó reflexivo—. La gente habla de países desarrollados y se refiere a los de Latinoamérica como países subdesarrollados.

¡Los desarrollados no son los países sino los seres humanos! —continuó el sacerdote partiendo una arepa como quien partía una hostia. Sus largos dedos y finas pero firmes manos hablaban por el empresario social, el guía tenaz, el creativo estratega de la educación y defensor de la dignidad del hombre, el verdadero revolucionario, como lo calificaban sus observadores.

José Joaquín Salcedo había iniciado el proyecto de escuelas radiofónicas, bajo el nombre Acción Cultural Popular (ACPO), desde la pequeña parroquia de Sutatenza, en el Valle de Tenza, departamento de Boyacá. Su misión era alfabetizar y educar a los campesinos. Sería la primera emisora con ese propósito en el mundo entero. El entonces cardenal Crisanto Luque así como los gobiernos conservadores de turno, se entusiasmaron tanto con el proyecto que volcaron sobre él sus recursos materiales y espirituales. En 1948 Radio Sutatenza obtuvo licencia de funcionamiento con una potencia de 100 vatios. Al año siguiente se elevó a un kilovatio que llegaba a los mil transistores de onda media y corta vendidos inicialmente como parte del proyecto. En 1955 ya se habían creado 9.000 escuelas radiofónicas y el programa llegaba a 30.000 receptores. La primera fase estaba documentada en el Libro azul. ACPO tenía ahora su propio periódico, El campesino y una bien surtida biblioteca popular. El uso combinado de los medios de comunicación complementándolos se traducía en un efectivo modelo de la educación fundamental integral para el bienestar del individuo y su familia. Se estableció una nutrida correspondencia entre las comunidades y los coordinadores del programa, de manera que diariamente se recibían más de cien cartas de los oyentes.

El lema de este sacerdote era El evangelio y Jesucristo, al servicio del prójimo. No creía en la caridad paternalista, política y demagógica.

—Todos tenemos una misma dignidad —dijo Salcedo a sus invitados.

—Y los mismos derechos a la misma libertad —acordó el padre Villanueva.  

Los planes de J.J. Salcedo eran los de ampliar la programación y de que antes de fin de año, la emisora aumentara a 600 sus kilovatios y de media hora diaria de programación, se transmitieran 19 horas al día, con cinco centros en Bogotá, Cali, Medellín, Barranquilla y Magangué que cubrieran casi la totalidad del país. La preparación de los programas involucraría a personal que correspondiera a los cinco campos definidos para la formación integral: Alfabeto, Números, Salud, Economía y Trabajo, y Espiritualidad. 

 —Son dos niveles diferentes, les explicó Salcedo —uno básico de alfabetización y enseñanza de las operaciones aritméticas, que son de media hora diaria y dura 90 horas, y otro progresivo, de educación fundamental integral, de una hora diaria que dura dos años. La emisión de este se repetirá tres veces al día. Además de difundir los conocimientos fundamentales sobre agricultura, economía doméstica, higiene y salud, se desarrollaron campañas específicas tales como Conservación del suelo, Mejoramiento de la vivienda, Salud preventiva, Nutrición, Recreación y Procreación responsable.

Ese mismo año la ACPO comenzaría a trabajar con entidades gubernamentales para la implementación de proyectos de desarrollo rural como el Departamento de Planeación Nacional, el Ministerio de Agricultura (ICA), la Caja Agraria y el SENA, así como con el Ministerio de Comunicaciones y el Ministerio de Educación para ampliar el sistema de educación a distancia y fortalecer la Capacitación Popular de los campesinos.

 —La escuela radiofónica no se limita a la emisión del discurso de un profesor— les explicó Salcedo—. El programa se apoya en cartillas diseñadas para ser seguidas por los grupos de oyentes, con la participación de líderes campesinos voluntarios preparados en los institutos y en otros casos por personas de la comunidad que tienen más formación. Este es el Libro Rojo — dijo entregando sendas copias a los religiosos—. En él está contenida la propuesta de esta segunda fase. 

Los religiosos examinaron ávidamente el contenido mientras Salcedo iba a dar una vuelta por la cocina. Aparte de los cursos, había una franja de noticieros, y otra de entretenimiento.

ACPO se estaba convirtiendo rápidamente en modelo de emisoras en América Latina y contaba con el apoyo de diferentes organismos internacionales como la UNESCO. Desde Francia recibía la ayuda de la Congregación de Hermanos Cristianos. Para el diseño, instalación y mantenimiento de la red de emisoras, recibía la asistencia técnica de Phillips y del gobierno holandés, al igual que de RCA de los Estados Unidos. Para la financiación de la impresión de las cartillas y documentos contó con el apoyo de agencias del gobierno y de la Iglesia alemana. Las agencias católicas Misereor y Adveniat de Alemania, Cebemo de Holanda, Secours Catholique de Bélgica y Catholic Relief Services de los Estados Unidos otorgaron becas que cubrían los gastos de educación y manutención a jóvenes que se formaron en los institutos campesinos y que incluía cursos de formación de expertos en educación radiofónica a jóvenes provenientes de trece países latinoamericanos: México, Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Venezuela, Ecuador, Perú, Bolivia, Chile y Argentina.  

—Ya tenemos un grupo de reporteros —informó el padre Salcedo a su regreso —que recogerán noticias de las distintas regiones y comunidades. Además, esperamos la participación de los campesinos en debates sobre temas de importancia nacional. Así sentirán que su opinión está incluida en los temas de interés público. En los horarios de entretenimientos se difundirá la música popular, programas de humor y emitiremos la dramatización de cuentos y leyendas.

                                                                           *

 

Atendiendo el llamado de Radio Sutatenza, unos 500 mil campesinos, se reunieron ese día con el Papa Pablo VI en la población de Mosquera (Cundinamarca). Era evidente que Salcedo y los suyos tenían más poder de arrastre que los políticos o los empresarios. El liderazgo de ACPO apoyaba el proyecto de Usuarios Campesinos, cercano a la idea de la Reforma Agraria fruto del gobierno de Alberto Lleras Camargo (1958-1962), y colaboraban con la Acción Comunal, un proyecto considerado por muchos como socialista. Aunque fiel a los mandatos de la iglesia, la justicia social primaba en la moral de Salcedo. No podía ser demagógico el promover la educación sexual con letras de canciones como:

 

                               Un hombre que se respete / debe planear su hogar /

                               teniendo sólo los hijos / que es capaz de alimentar. /

                               En cambio, está mi vecino / con diez retoños chiquitos /

                               y el salario no le aguanta / para tanto muchachito".

 

Se rumoraba que los miembros de la ACPO distribuían anticonceptivos intrauterinos entre las campesinas. 

 —Es un sacerdote muy avanzado para nuestros tiempos —opinó Sor Stella sopesando los efectos. 

—Radio Sutatenza es un arma de doble filo. El peligro es que los infiltrados de la izquierda en el catolicismo se la adjudiquen o la utilicen para sus fines. Salcedo camina en la cuerda floja en ese aspecto —dijo Villanueva.

 —Se refiere Ud. a la Teología de la Liberación —afirmó, más que preguntar, Sor Stella.

 —Y a los celos y el temor de la clase política. Toda esta gente que viene a ver al Papa, son testigos del poder que el profesor invisible genera. ¡No demoraran en acusarlo de liberal y socialista, lo mismo que a su obra! 

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Gloria Chávez-Vásquez, escritora, periodista y educadora, nació en Colombia y reside en Estados Unidos. En Nueva York estudió en The New School of Social Research, School of Visual Arts, Mercy College y St. John’s University, donde se especializó en Historia del cine, Literatura y Ciencias de la Educación. Sus escritos han sido publicados en periódicos y revistas de Estados Unidos, México, Colombia, España y Canadá. En 1990 obtuvo el Premio EMMA (Excelence in MultiMedia Award) y por dos años consecutivos el galardón de la Prensa Católica de los Estados Unidos. Su narrativa ha sido reconocida y publicada por El Espectador, Bogotá (1972); Centro Cultural Cubano de Nueva York (1976); Círculo Literario de Nueva York; El Tiempo, Bogotá (1978); Concurso del cuento infantil, Embajada de España en EEUU, (1997); Concurso Querido Borges, Liceo Internacional de la Cultura, California, (1997); Certamen Literario Internacional y Círculo de Escritores y Poetas Iberoamericanos, N.Y. (2000). Entre otras publicaciones destacan: una antología de cuentos publicados por la Universidad del Quindío, Colombia; Crónicas del Juicio FinalDepredadores de AlmasOpus Americanus; Cuentos del QuindíoLas TermitasCuajadaConde del JazmínTrilogía juvenil: AkumLa Magia de los SueñosAgmmandielEl Camino de los Reinos y El Libro de Yodín; Oda Perdida.

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