Tres poemas de Marina Tsvietáieva

SEVERO SARDUY

A  Alia

                                                   mi hija

Algún día, criatura encantadora,

para ti seré sólo un recuerdo,

perdido allá, en tus ojos azules,

en la lejanía de tu memoria.

Olvidarás mi perfil aguileño,

y mi frente entre nubes de humo,

y mi eterna risa que a todos engaña,

y una centena de anillos de plata

en mi mano; el altillo-camarote,

mis papeles en divino desorden,

Por la desgracia alzados, en el año terrible;

tú eras pequeña y yo era joven.

Bendigo la labor nuestra de cada día...

Bendigo la labor nuestra de cada día,

bendigo el sueño nuestro de cada noche,

el divino juicio y la caridad divina,

la ley benévola y la ley de bronce,

mi empolvada púrpura, de harapos cubierta...,

mi empolvado bastón, de los rayos hogar,

y asimismo, Señor, bendigo el pan

en horno ajeno y la paz en casa ajena.

Insomnio 11

¡Insomnio, amigo mío!

Otra vez tu mano.

Mientras alzo mi copa

te encuentro en la callada,

en la sonora noche.

¡Déjame que te embruje!

¡Prueba!

No trates de ascender

sino de ir hacia adentro...

Ya te llevo...

Susurra con los labios:

¡Paloma! ¡Amigo!

Prueba.

Déjame que te embruje.

Bebe

de todas las pasiones,

huye

de toda noticia.

Calma.

Concede,

amiga...

Abre los labios.

Abre los labios al placer

y, al borde de la tallada copa,

bebe.

Absorbe.

Traga

hasta el no-ser.

¡Amigo! ¡No te enfades!

¡Déjame que te embruje!

¡Bebe!

De todas las pasiones

la más apasionada,

y de todas las muertes

la más dulce... mis manos.

¡Déjame que te embruje! ¡Bebe!

Desaparece el mundo. Ningún lugar:

orillas inundadas... Bebe mi golondrina

perlas fundidas.

Y tú bebes el mar,

bebes el alba.

¿Con qué amante es la juerga?

¿Con el mío?

Bebe, pequeño,

que ya compararemos.

Y si preguntan, ¡responderé!

El porqué de las mejillas lívidas.

Con Insomnio me fui de juerga, sí.

Con Insomnio me fui de juerga.


Marina Tsvetaeva. Poeta rusa nacida en Moscú en 1892. Hija de un profesor especializado en Bellas Artes, estudió en Moscú y en la Sorbona y vivió muchos años en el extranjero. Es considerada como una de las figuras más relevantes de la literatura rusa del siglo XX. Fue una mujer de pasiones categóricas, voluntariosa y resuelta, que arrancó bruscamente de su corazón todo aquello que la había desilusionado y no podía ya aceptar. Toda la vida sintió por Pasternak  un conmovedor afecto, a pesar de estar casada con un oficial del ejército zarista. Emigró al extranjero en 1920 y regresó a Rusia en vísperas de la guerra contra el fascismo hitleriano, al que había maldecido en sus versos cuando se hallaba todavía en la emigración.

Entre sus obras se destacan Poemas de juventud; 1915 y Poemas de Moscú; 1916. Fue desterrada a la aldea de Elábuga, donde falleció el 31 de agosto de 1941.

Severo Sarduy. Poeta, narrador, periodista y crítico de arte y literatura cubano nacido en Camagüey en 1937. Después de terminar sus estudios básicos en su ciudad natal se trasladó a La Habana donde inició estudios de medicina, los cuales abandonó para dedicarse por completo al campo cultural. Después de la revolución viajó a Europa para realizar estudios de Historia del Arte en la Escuela del Louvre y la Sorbona. En 1972 obtuvo el premio Médicis por su novela «Cobra» traducida a varios idiomas. En 1974 publicó «Big Bang», en 1980 «Daiquiri» y en 1978 su novela barroca «Maitreya». Es considerado como uno de los escritores más importantes del panorama hispanoamericano contemporáneo. Después de su muerte ocurrida en Paris en 1993, se publicó su última producción, «Pájaros de la playa»

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