Tres poemas de Adam Zagajewski

TRADUCCIÓN DE REINALDO GARCÍA RAMOS

Adam Zagajewski in 2014

Amistades imposibles

Por ejemplo, con alguien que se ha ido,

que solo existe en el papel amarillento de las cartas.

O en largos paseos a pie cerca del agua,

cuya corriente arrastra en lo profundo

las tazas de porcelana y las conversaciones

sobre filosofía con un estudiante temeroso

o con el cartero.

Con un transeúnte de mirada altiva

que nunca llegarás a conocer.

Amistad con el mundo, cada vez más impecable

(si no fuera por el hedor acre de la sangre).

Con el anciano que saboreaba su café

en Saint Lazare, cuyo aspecto

te recordó de pronto a otra persona.

Rostros que pasaban sin cesar como relámpagos

en los trenes locales.

Y felices rostros de viajeros que tal vez

se dirigían a un baile esplendoroso

o a presenciar algún degollamiento.

Y amistad contigo mismo,

pues después de todo no posees

[ni la más remota idea de quién eres.

Impossible friendships

For example, with someone who no longer is,

who exists only in yellowed letters.

Or long walks beside a stream,

whose depths hold hidden

porcelain cups--and the talks about philosophy

with a timid student or the postman.

A passerby with proud eyes

whom you´ll never know.

Friendship with this world, ever more perfect

(if not for the salty smell of blood).

The old man sipping coffee

in St.-Lazare, who reminds you of someone.

Faces flashing by

in local trains--

the happy faces of travelers headed perhaps

for a splendid ball, or a beheading.

And friendship with yourself

——since after all you don’t know who you are.

Víspera de Año Nuevo, 2004

Te has quedado en casa, y sigues escuchando

las grabaciones de Billie Holiday,

que canta y canta sin cesar,

con su melancolía y su voz adormilada.

Cuentas las horas que te faltan

para que llegue la medianoche.

¿Por qué los muertos cantan apaciblemente,

pero los vivos no podemos librarnos del pavor?

New Year, 2004

You are at home listening

the recordings of Billie Holliday,

who sings on, melancholy, drowsy.

You count the hours still

keeping you from midnight.

Why do the dead sing peacefully

while the living can’t free themselves from fear?

El viejo Marx *

Trato de imaginar su último invierno,

en un Londres húmedo y glacial,

recibiendo los bruscos besos de la nieve

en las calles desiertas, las aguas turbias del Támesis,

las putas temblorosas de frío que encendían

[fogatas en el parque.

Los inmensos trenes que en algún lugar

[cruzaban la noche resoplando.

Los trabajadores que en el bar hablaron con tanta rapidez

que él no pudo entender ni una palabra.

Quizás Europa era más rica entonces y estaba en paz,

pero aún los belgas imponían tormentos en el Congo.

¿Y Rusia? ¿Y su tiranía? ¿Y Siberia?

Pasó noches enteras contemplando las ventanas cerradas.

No era capaz de concentrarse, volvió a leer viejos escritos,

releyó al joven Marx durante días enteros,

y admiró en secreto a aquel autor tan ambicioso.

Todavía sentía cierta fe en su fantástica visión,

pero había instantes en que la duda lo invadía

y pensaba que quizás lo único

que él había entregado al mundo

era una nueva forma de desesperanza;

entonces cerraba los ojos para ver solamente

la penumbra rojiza de sus párpados.

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* Zagajewski compuso dos versiones de este poema. Esta lleva en el título un número 2 entre paréntesis.

Old Marx (2)

I try to envision his last winter,

London, cold and damp, the snow’s curt kisses

on empty streets, the Thames’s black water,

chilled prostitutes lit bonfires in the park.

Vast locomotives sobbed somewhere in the night.

The workers spoke so quickly in the pub

that he couldn’t catch a single word.

Perhaps Europe was richer and at peace,

but the Belgians still tormented the Congo.

And Russia? Its tyranny? Siberia?

He spent evenings staring at the shutters.

He couldn’t concentrate, rewrote old work,

reread young Marx for days on end,

and secretly admired that ambitious author.

He still had faith in his fantastic vision,

but in moments of doubt

he worried that he’d given the world

just a new version of despair;

then he close his eyes and see nothing

but the scarlet darkness of his lids.

Estas versiones al español se deben a Reinaldo García Ramos y se basan en la traducción directa del polaco al inglés realizada por Clare Cavanagh y publicada en Nueva York por Farrar, Strauss & Giroux en 2008, en un volumen titulado Eternal enemies.

CLARE CAVANAGH es profesora de lenguas y literaturas eslavas en Northwestern University, en Evanston, Illinois. Ha traducido a numerosos escritores y poetas polacos, entre ellos a Wislawa Szymborska.


Reinaldo García Ramos nació en Cuba y radica en Estados Unidos desde 1980. Hasta 2001 vivió en Nueva York y fue traductor en las Naciones Unidas. Integró el Consejo de Dirección de la revista Mariel (1983-1985). Ha publicado, entre otros, los poemarios El buen peligro (Madrid, 1987), Caverna fiel (Madrid, 1993) y El ánimo animal (Coral Gables, 2008). Recibió en 2006 el Premio Internacional de Poesía “Luys Santamarina” – Ciudad de Cieza en Murcia, España. Su novela testimonial Cuerpos al borde de una islami salida de Cuba por Mariel (2010) ha tenido tres reediciones. En Nuevo México saldrá próximamente Espacio circular, que contiene una extensa entrevista y un conjunto de poemas recientes.

Adam Zagajewski nació en Lwów, Polonia, en 1945. Cursó estudios de filosofía y psicología en la Universidad de Cracovia. Su primer poemario, Música, se publicó en 1967. Fue uno de los firmantes de la “Carta de los 59” en que numerosos intelectuales polacos se opusieron en 1975 alas disposiciones antidemocráticas que el gobierno comunista quería introducir en la Constitución, y a partir de entonces sus obras fueron prohibidas en su país. Emigró a Francia en 1982, pero regresó en 2002 y pasó sus últimos años en Cracovia, donde murió en marzo de 2021. Su obra poética ha recibido numerosas distinciones, entre ellas el Premio Princesa de Asturias (2017) y el Premio Heinrich Mann (2015).

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