20 aniversario del fallecimiento de José Mario en el exilio

FELIPE LÁZARO

«…estos memoriales de piedra edificada…»

T. S. ELIOT

El pasado mes de diciembre se cumplió el vigésimo aniversario de la muerte del poeta cubano José Mario (Güira de Melena, 1940 – Madrid, 2002) en el exilio.

Editor de excelencia, fundó en La Habana (1961-1965) y en Madrid (1970 – 2000) las Ediciones El Puente, donde creó otro sello editor La Gota de Agua y publicó 50 números de la revista literaria Resumen literario El Puente (1979-1988).

José Mario en La Habana revolucionaria
En 1959 ingresó en una convulsa Universidad de La Habana y con veinte años publicó su primer poemario El grito (1960) en una editorial oficialista  (CTC-Revolucionaria). En 1961, a su reconocida faceta de poeta iconoclasta le suma la de editor (independiente) y, por este hecho, ha pasado a la historia literaria cubana como uno de los fundadores de las Ediciones El Puente y uno de sus más conocidos directivos hasta su clausura en 1965.

Cuando el régimen castrista cierra las Ediciones El Puente, una de las pocas editoriales independientes de entonces, Mario es internado en las Unidades Militares de Ayuda a la Producción (UMAP); campos de concentración en la provincia de Camagüey, conocidos como el gulag caribeño.

En 1968 es deportado de Cuba, en un periplo algo kafkiano, vía tres ciudades que siempre amó: Praga (con los tanques soviéticos en las calles), París (la revuelta estudiantil en la Universidad) hasta llegar a su amado Madrid (donde los universitarios y obreros combatían a la dictadura franquista).

En su vitalicio exilio madrileño
En la capital española, reinicia su labor editora, fundando -otra vez- las ediciones El Puente, aunque de forma artesanal, más cultural que comercial. Sus primeros títulos ya forman parte de la historia literaria cubana: No hablemos de la desesperación de su autoría y un indudable rescate: Lenguaje de mudos de su amigo, el poeta holguinero Delfín Prats. Libro ganador de un premio oficialista en Cuba (1968), pero cuya edición habanera fue censurada, secuestrada y hecha pulpa. Como denuncia de tal atrocidad cultural y por vencer a la censura totalitaria, esta segunda edición madrileña (1970) es sumamente importante para la cultura cubana.

Además, el autor de El grito fundó otra casa editora La Gota de Agua, donde editó el poemario Provocaciones (1973) de Heberto Padilla y tres libros de poesía de su amiga del alma y compañera de dirección de El Puente habanero, en sus inicios, Isel Rivero: Nacimiento de Venus (1980), Águila de hierro (1980) y El banquete (1981).

Algo poco reconocido es que su mayor proyecto y logro editorial -por el tremendo esfuerzo y dedicación que ello representó- fue publicar nada menos que 50 números de la revista literaria Resumen Literario El Puente con un Comité de Edición presidido por Reinaldo Arenas, Roberto Cazorla, Luis Cartañá, Rolando Morelli, Arminda Valdés Ginebra, Benita C. Barroso, Paul D’Alba y Felipe Lázaro; según se lee en el último número de esta revista.

Esta trayectoria de editor fecundo fue posible gracias a la desinteresada ayuda de varios mecenas cubanos, como: Waldo Balart, Pancho Vives y Víctor Batista Falla, entre otros, pues financiaron varios de los proyectos y ediciones de libros de las editoriales de José Mario.

Los poetas no mueren, renacen
Esta ingente labor cultural, tanto en La Habana como en Madrid, sumado a su trayectoria vital, como poeta y editor cubano, hacen merecedor a José Mario del más sincero recuerdo y respeto.

Si bien es recordado por su reconocida bohemia habanera y madrileña, sus chispeantes anécdotas y su carácter contestatario, José Mario es uno de los poetas cubanos más consecuentes del pasado siglo XX por su poesía, por su obra y por su vida.

3 Poemas de José Mario

ANTI-CLIMAX

Entro en La Habana a un bar que llaman El Pastores.
Me acompañan dos amigos. El mar crece a lo lejos.
La noche pone su dedo sobre el puerto:
en esto un árbol yacía entre mis párpados
me soné la nariz y apareció un bosque
«carra blanca con ginger» abrimos las tres bocas
me abro la cabeza y un puñal pequeño me atraviesa.

Por la mañana tengo el primer vómito de sangre
de aquel bosque arranqué lágrimas que tuve
mucho tiempo sobre el pecho estaba desnudo y me
miraba otra piel y un diente pequeño nacía de mi frente
tuve un miedo terrible a no ser yo mismo.
Mi madre me echa en cara todos mis defectos
sólo es que tengo miedo de ser descubierto y castigado
de por vida me desmayo escupes
sobre mis labios en silencio sobre el resto de mis días
hasta que arrancas caes sobre mí que voy a morir ahora
me doy cuenta que se trata de un día de septiembre
finalmente me arranco los ojos y pongo tu nombre
entre las cuencas vacías.

Por la tarde tengo el segundo vómito de sangre.
A esto se le llama morir por amor a lo Margarita Gautier
si me tomo una cerveza estoy completamente seguro
de que voy a ver a Dios  golpeo sobre la barra
te busco en una pareja que baila
porque sé que te he perdido entre tantos
mis dos amigos se matan a arañazos
una piedra suena sobre el bosque como una piedra
y otros me buscan como yo a ti te amo
desde mi pecho crece un buitre
te amo dolor mío todo empieza a morir
te amo  amanece.

Mi madre hace la historia de todos los que han muerto en mi familia.
Por la noche tengo el último vómito de sangre.
como en aquella historia que recuerdo
no sin algo de su susto y vértigo a la vez.
Mi madre habla constantemente de los ojos azules de mi tío
te cuento aquella historia de mi pare irrumpo a llorar
salvajemente una curiosa me mira tú me aprietas las manos
descubres que me quieres o me tienes lástima
estoy asustado de tanta mentira,
pero me he salido con la mía y ya me perteneces
vivos afuera suenan la lluvia y el viento.
Mi madre copia estas palabras mientras vienen a buscarme.

PARTICIPACIÓN

Los ojos salen, buscan el techo de la casa de enfrente.
La antena del televisor. Las ventanas azules.
Como de otra época u otro principio esa misma mirada te recorre.
Hondo a tu cuerpo como si él no fuera otro como lo crees.
Pero eres tú mismo el que lo sabes,
el que te lo has repetido noches y semanas:
«Debe ocurrir, debe ocurrir», y un día me desconozca.
Las cortinas estén descorridas y penetre el sol;
el sol de otra época que no haya sido ésta que te tocó vivir.
y de la que sin embargo tú no te arrepientes.
No podrás arrepentirte como de tantos otros sucesos
/ que no fueron predestinación.
Donde tú andas sin nadie y te has acostumbrado;
a esta ciudad de La Habana y su noche rota de una
/ pedrada dentro de ti.
Esta ciudad a oscuras de tu alma en que creíste y
/ ahora serás desterrado:
Viniste a conocer el odio, el miedo, la hipocresía;
las palabras benditas y las aborrecibles,
para que esta ciudad pueda vivir y tú obtengas el tacto
/  seguro;
el dolor y la angustia por la que ella se hace conocer.
Llegaste en una época donde un mundo empezaba a
/ consumirse
y habían cosas esperando junto al fuego:

La palabra Revolución ardía.
Ardían las palabras como los muertos o torturados que
/ viste al pie de cualquier esquina,
donde alguien jugaba al número de su suerte
sobre algún cadáver que todos habíamos provocado.
Surge el horror que pueden tus ojos y el recuerdo
-presa su imagen- indefinible.
Surge tu soledad como una espalda o una hoja de papel
/ dispuesta
a ser usada, escrita, o si es posible: rota.

VISTO

Me he dado cuenta que ya no amo.
No me ha dolido ni un rasguño no me lo noto por ninguna
/ parte
Me busco en los brazos toco el cuerpo y ni una marca
Toda hacia dentro se me vuelca el alma
Me pasa como aquel que no conoce dice y no lo siente
No sé qué soy conmigo dónde he estado si vuelvo o si
/ regreso
Me pesa un sol la vida
Me hieren como a un ciego las palabras
Hay nombres que se clavan en mis dedos: lugares
/  órdenes venganzas
Nadie me escucha y ando corro estoy cayendo y mi
/ enemiga la muerte se me acerca
Estoy tan solo que no hace falta que lo diga: basta con
/ mirarme

Bibliografía de José Mario:

Poesía:
 El grito (1960), La conquista (1961), De la espera y el silencio (1961), Clamor agudo (1962), A través (1962), La torcida raíz de tanto daño (1963), Muerte de amor por soledad (1965), No hablemos de la desesperación (1970 y 1983), Falso T (1978), Dharma (1979), Oración a San Lázaro. Babalú-Ayé. Príncipe de Betania (1980), 13 poemas, 1973-1987 (1988), El grito y otros poemas. Antología poética (2000), Dos poemas inéditos. In Memoriam (2003).
Antología: Segunda novísima de poesía cubana (1965). Edición prohibida y retirada de la imprenta habanera por el oficialismo cultural castrista.
Teatro:  15 obras para niños (1961 y 1963).
Ensayo: Ideas sobre Cuba y su futuro / El microcosmos de Miami (1979) y Crónica, crítica y Revolución cubana (inédito).
Prosa: Swami y otros cuentos (inédito) y La contrapartida (novela sobre las UMAP, inédita).

Libros de (o sobre) José Mario en Betania:

13 poemas
 (Betania, 1988) de José Mario. Colección Betania de Poesía, 40 pp. ISBN: 84-86662-20-6. PV: 10.00 euros.

*  El grito. Antología poética (Betania, 2000) de José Mario. Prólogo de Nelson Simón González.
Colección Antologías, 128 pp. ISBN: 978-84-8017-133.2.

PV: 15.00 euros.

* Dos poemas inéditos. In Memoriam (Betania, 2003) de José Mario. Introducción de León de la Hoz. Colección Separatas (4), 8 pp.

*  Un puente contracorriente. Ediciones El Puente: Un esfuerzo literario dentro y fuera de Cuba (Betania, 2014) de Marlies Pahlenberg. Colección Ensayo; 104 pp.
ISBN: 978-84-8017- 342-1.  PV: 15.00 euros.

Antologías donde se seleccionan poemas de José Mario:

* Poesía cubana: la isla entera
 (Betania, 1995) de Felipe Lázaro y Bladimir Zamora Céspedes. Colección Antologías, 392 pp. ISBN: 84-8017-040-9. PV: 25.00 euros.

* Al pie de la memoria. Poetas cubanos muertos en el exilio, 1959-2002 (Betania, 2003) de Felipe Lázaro.
Colección Antologías; 204 pp. PV. 20.00 euros.


Felipe Lázaro (Güines, Cuba, 1948). Poeta y editor cubano. Salió de Cuba en 1960. Licenciado en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad Complutense de Madrid. Graduado de la Escuela Diplomática de España. Fundó la editorial Betania en 1987. Ese mismo año, obtuvo la Beca Cintas. Fue uno de los fundadores de las revistas Testimonio (1968), La Burbuja (1984) y Encuentro de la cultura cubana (1996), y del periódico La Prensa del Caribe (1997). Autor de los poemarios: Despedida del asombro (1974), Las Aguas (1979), Ditirambos amorosos (1981), Los muertos están cada día más indóciles (1986 y 1987), Un sueño muy ebrio sobre la arena (2003), Data di Scadenza (Antología poética), traducción de Gaetano Longo (2003) y Fecha de caducidad. Antología poética, 1974-2004 (2004), Tiempo de exilio (2014). Es autor de diversas antologías, como: 9 poetas cubanos (1984), Poesía cubana contemporánea (1986), Poetas cubanos en Nueva York (1988), Poetas cubanos en España (1988), Poetas cubanas en Nueva York / Cuban Women Poets in New York (1991), Poesía cubana: la isla entera (1995), Al pie de la memoria. Antología de poetas cubanos en el exilio, 1959-2002 (2003) e Indómitas al sol. Cinco poetas cubanas de Nueva York (2011).

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