El otro Martí en la exégesis de José Raúl Vidal
JOAQUÍN GÁLVEZ
A pesar de la merecida atención crítica y biográfica que ha recibido la figura de José Martí en la historia de Cuba, el conocimiento de su vida y obra aún tiende a enquistarse entre interpretaciones sesgadas que, en resumen, nos muestran un rostro inconcluso y nos impiden llegar al ser total. Sin duda, como decía Lezama, “Martí es un misterio”; pero convengamos también que es un misterio fuera de sí mismo, al que nosotros hemos contribuido hasta convertirlo en una mística de la patria y, como consecuencia, en un mito. Por supuesto, dichas atribuciones no son gratuitas, pues nadie como Martí, por la grandeza de su obra literaria y su noble entrega a la causa de la independencia de Cuba, encarna mejor el ideal de la nación cubana.
Sin embargo, entre la frustración política de una nación y la figura paradigmática de Martí, hemos perdido de vista al ser humano, al Martí íntimo, al más complejo en sus claroscuros, ese Martí de carne y hueso que nos hace un guiño en los intersticios de su obra y cuya persona se fue desdibujando en el altar que le impostamos como “Dios de los cubanos”, tal como lo sustenta Carlos A. Montaner en su ensayo “La segunda muerte de Martí”. De ahí que, de la exaltación cuasi divina, impregnada de patriotismo romántico, se haya pasado a la degradación especulativa de su figura y, por consiguiente, se le adjudiquen turbios actos, algo que solo se justifica por la mirada incrédula que ha surgido de su sacralización.
Ese Martí más íntimo, que se ha quedado engavetado en la historia de Cuba, es el mismo que se mostraba reticente en dar a conocer su último poemario: unos efluvios de amor, que el nombró “polvo de alas de una gran mariposa”. Acaso como previsor de posibles equívocos interpretativos sobre su persona, signada por su pensamiento ecléctico y universal, en la que vida y obra forman un mismo cuerpo. En esta obra póstuma se hallan las claves del Martí más humano: el íntimo, el lúdico, el erótico... Ese Martí que ha bajado del altar y no es ya “el apóstol”, ni “el santo de américa”, ni “el místico del deber”, ni mucho menos “ese sol del mundo moral”, sino el poeta, el hombre con luces y sombras… Ese Martí innombrable es el que rescata José Raúl Vidal en su exegesis sobre Polvo de alas de una gran mariposa.
Vidal silencia el escándalo bufo provocado por la crítica santificadora, que pontifica al Martí ser humano, pues lejos de engrandecer su figura la reduce y la hace poco creíble e invita a caricaturizarla, tal como sucedió en Cuba durante el siglo veinte. La exegesis de Vidal aporta una aproximación al ser total martiano, en la que demuestra que esa zona intima de Martí, convertida en tema tabú, no está reñida con su ser ético y patriótico. Es así como nos conduce por los recovecos del Martí más oculto, tal como consigna: “El sobajeo de la crítica ha obviado aspectos del escenario íntimo de Martí, pleno de insatisfacciones a veces, gozosos otras, en favor del ser marmoleo. Peca de excesivo formalismo”. Este argumento valida la postura exegética del profesor y crítico Iván A. Schulman cuando exhortaba a la desacralización de la figura de Martí para mejor conocimiento y comprensión de su obra y su persona, contraria a la visión ortodoxa y mojigata de un Cintio Vitier.
Vidal logra poner en contexto al ser humano desconocido que subyace en Polvo de alas de una gran mariposa y lo deslinda certeramente cuando expresa: “Hay que reconocerlo: se tiene aquí algo radicalmente falseado, en especial, por el concepto deber que marca su vida pública en el curso de la historia, sin dejar espacio a la intensidad de temas más privados que en nada merman su prestigio moral”. En efecto, los claroscuros martianos, a veces ascético y otros no, son revelados en la disección de esta obra póstuma, la más confidencial y, por lo tanto, la más reveladora en cuanto al Martí más íntimo, que no estaba ajeno al placer sexual, al gozo de las féminas. Sin embargo, la exploración en estos versos de ese Martí del eros tiene la virtud de integrarse al ser filial y el del ágape; es decir, el del amor fraterno y el del amor al prójimo, así como también perviven aquel Martí Krausiano de sus años de formación en España y el trascendentalista de su larga estancia en Norteamérica.
Esta obra desvela al Martí total, el mismo que nos confiesa: “Este que voy enterrando/ es mi derecho a gozar:/ No me lo despierte nadie, Que es fuente de todo mal”. En su análisis crítico de este libro Vidal abre una puerta para que nos acerquemos a un Martí diferente, ese que se ha distanciado de sus otros poemarios y que ha hecho una pausa para confesarnos algo que quedaba por decir. Tal como apunta Vidal, en Polvo de alas de una gran mariposa los versos martianos alcanzan una sencillez formal que temáticamente toca el fondo más oculto de su ser, y para esto también se vale de un instrumental estilístico diferente, visto a través de la entonación y la métrica de los versos, que transitan formas breves de la expresión poética, como el epigrama, la pavana y el madrigal.
La enjundia crítica e investigativa de Vidal ha contribuido a enriquecer el conocimiento de este último poemario martiano, logrando una unidad interpretativa a partir de ediciones anteriores, que van desde la primera de Gonzalo de Quesada y Miranda (1936-1949) hasta la más reciente de Emilio de Armas (2019). Su rigor exegético no se limita al aspecto temático -biográfico de Martí, sino que también disecciona en los aportes formales de la obra, en la que se manifiesta un Martí experimental en el lenguaje, que supera la rigidez del formalismo académico. En consecuencia, considera este libro “entre las formas borrosas y menos características de la poética martiana”.
El crítico es capaz de corregir pifias historiográficas relacionadas con la hechura de varios de los versos, razón por la que su estudio contribuye a actualizar la obra martiana estableciendo un orden bibliográfico despojado de falsas referencias y adulteraciones voluntarias. De igual manera, reafirma otros atributos de la poética martiana, como la función visual estudiada por Iván A. Schulman en su ensayo Símbolo y color en la obra de José Martí. Vidal, además, refrenda varias de las claves más importantes de la creación literaria martiana: naturaleza por encima de formalismo académico, la comunión existente entre el poeta en versos y el poeta en actos, como lo establecen los binomios lenguaje y asunto, verdad y arte. Así mismo se atreve a escrutar, entre versos, escenarios de la vida de Martí, entre ellos los de amoríos con mujeres desconocidas.
La exégesis de Vidal logra integrar los aspectos más significativos de otros estudios críticos de la obra martiana para hacer de su ensayo una tentativa a la culminación de un corpus crítico sobre este poemario. Sin duda, este puede ser considerado el estudio más acucioso y exhaustivo que se haya escrito sobre Polvo de alas de una gran mariposa. Vidal desmonta a ese Martí sacralizado al otorgarle su justa dimensión humana, para así bajarlo del impostado altar cubano y ponerlo, para bien suyo y de todos, en cuerpo y alma sobre la tierra, o, mejor dicho, en la totalidad más real y elevada de su ser.
Palabras leídas en la presentación de este libro el 6 de diciembre de 2025, en Encuentros Insularis, en la Biblioteca Pública de Westchester.
Adquiera el libro: https://a.co/d/9T8aVEu
Joaquín Gálvez (La Habana, 1965). Poeta, ensayista, periodista y promotor cultural. Reside en Estados Unidos desde 1989. Se licenció en Humanidades en la Universidad Barry y obtuvo una Maestría en Bibliotecología y Ciencias de la Información en la Universidad del Sur de la Florida. Ha publicado los poemarios “Alguien canta en la resaca” (Término Editorial, Cincinnati, 2000), “El viaje de los elegidos” (Betania, Madrid, 2005), “Trilogía del paria” (Editorial Silueta, Miami, 2007), “Hábitat” (Neo Club Ediciones, Miami, 2013), “Retrato desde la cuerda floja” (Poemas escogidos 1985-2012, Editorial Verbum, Madrid, 2016) y “Desde mi propia Isla” (Editorial El Ateje, Miami, 2022) . Tiene inédito “Para habitar otra isla” (reseñas, artículos y ensayos). Textos suyos aparecen recogidos en numerosas antologías y publicaciones en Estados Unidos, Europa y América Latina. De 2015 a 2017, fue editor y miembro del Consejo de Dirección de la revista Signum Nous. Desde 2009, coordina el blog y la tertulia La Otra Esquina de las Palabras. Es editor de Insularis Magazine, revista digital de Literatura, Arte y Pensamiento.

