Roberto Quiñones Haces, escritor total

ARMANDO AÑEL

Parafraseando al poeta, editar libros como Escrito en la cárcel (poesía) y La chica de nombre eslavo (relatos) es una fiesta innombrable. Yo he tenido ese privilegio. Y encima no solo el de editarlos sino, gracias a este primer privilegio, el de intercambiar directamente con su autor, Roberto Quiñones Haces. Este escritor, abogado, activista, expreso político, es además, por si fuera poco, un referente ético. Un raro ejemplo de inteligencia ética. Lo cual de por sí constituye un fenómeno referencial en tiempos de demagogia populista y posverdad manipuladora. Desde hace un año reside en Estados Unidos y este diciembre de 2022 hemos tenido otra alegría, poder abrazarlo en Miami y presentar sus libros en La Otra Esquina de las Palabras, la tertulia de Joaquín Gálvez.

Voy a referirme específicamente al libro de relatos La chica de nombre eslavo. Y como suelo ser breve, intentaré ser preciso. Se trata de la tercera edición de un libro signado por el realismo más crudo. Pero también por la imaginación más candente. Lo integran 14 relatos de muy diverso corte. Algunos mezclan la sátira con lo fantástico, como el que titula el libro o aquel donde la estatua de John Lennon, sentado en un parque de La Habana, es objetivo de extraterrestres y motivo de honda preocupación para la Policía Nacional Revolucionaria. Otros narran vertiginosos escapes de última hora, como La fuga. Los hay centelleantes como El framboyán o Liu Shao. O desgarradoramente humanos como Las semillas del regreso. El discurso del renegado es una fina parábola contra el poder y el autoritarismo. Laura, una historia de amor al borde de la muerte con la que Quiñones Haces mantiene en vilo al lector hasta el final, dando alas a una narrativa de la evocación donde el deseo no carece de lirismo.

Prácticamente ningún tema importante, existencialmente hablando, escapa a las exploraciones de un libro dividido en dos partes complementarias. En la primera de ellas, la imaginación se afinca en la realidad nacional —aunque no únicamente— para desarrollar unos escenarios a menudo delirantes. En la segunda la realidad nacional, sobre todo la del oriente de la Isla, deja chiquitos los delirios de la imaginación más acuciosa.

Los relatos que conforman La chica de nombre eslavo, breves y contundentes unas veces, minuciosos y coloquiales otras, conforman un mosaico por el que desfilan multitud de personajes y situaciones. Unas veces directamente como alter egos del autor, otras como fruto de su imaginación desbordada, pero siempre unidos por el ecléctico talento de Quiñones-Haces. Porque el narrador que vive en él ronda ensimismado al poeta y saluda, efusivo, al periodista independiente. Sin dejar de estremecer al activista político. Todos para uno y uno para todos.

Lo cierto es que en este libro estupendo se impone el escritor total y el lector sale ganando. Gracias, Roberto.

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Armando Añel. La Habana, 1966. Ghost Writer, editor, fue periodista independiente en Cuba. En 1999 recibió el Primer Premio de Ensayo de la fundación alemana Friedrich Naumann. Ha sido columnista de periódicos como Tiempos del Mundo, Libertad Digital y Diario las Américas, y editor de revistas como Perfiles, Encuentro de la Cultura Cubana, Islas y, actualmente, Puente de Letras y Herencia Cultural Cubana. Ha publicado las novelas Apocalipsis: La resurrección, La novela de Facebook Erótica, la compilación de relatos Cuentos de camino, los poemarios Juegos de rol y La pausa que refresca, el libro de ensayos La conciencia lúdica y las biografías Instituto Edison: Escuela de vida Jerónimo Esteve Abril, apuntes y testimonios, entre otros. Vive en Miami, donde dirige el portal Neo Club Press.

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